domingo, 12 de septiembre de 2010

ELECCIONES EN CTERA

YASKY, CADA VEZ CON MENOS VOTOS

La burocracia yaskista se proclamó ganadora con un porcentaje de más del 73% de los votos (59.263, faltando nueve provincias). Las elecciones se realizaron en el momento más alto del vaciamiento de Ctera y de la mayoría de los sindicatos provinciales dirigidos por la Celeste. El porcentaje de votación fue de los más bajos de la historia: no superaría el 25/28% del padrón (contra un 34% en la elección anterior). A la lista ganadora sólo la votó el 18% del padrón, a pesar de toda la inflada y el fraude celeste. Se trata, pues, de una típica victoria burocrática, de aparato.


Un fresco que pintó esta elección fue el conurbano bonaerense, la mayor concentración docente del país, donde el mismo día de la votación paró el 80% de la docencia, convocada por otro sindicato. Fue una elección de espaldas a las tendencias combativas del gremio.

La burocracia yaskista está transformando Ctera en una UPCN: la entrega de los reclamos, el patoterismo, el reforzamiento del aparato con la excusa mutual y la ausencia de vida sindical acentuó la desafiliación de sectores masivos de una docencia con experiencias de desgaste en enormes luchas. La Celeste convirtió a Ctera y sus sindicatos en una herramienta para el arribismo en la escala del funcionariado docente, con un peso creciente en las votaciones.

Luego, explotan la despolitización de los nuevos sectores que acceden a un primer trabajo y no han recorrido la rica experiencia de los docentes.

La integración de la Ctera al gobierno kirchnerista, la alianza con Moyano y el copamiento kirchnerista de la CTA completan un ciclo de burocratización de la Ctera, muy diferente a la confederación basada en organizaciones de base masivas y combativas que alguna vez fue. En este marco, hubo como siempre un fraude que desvirtúa los resultados mediante el expediente de aumentar votos propios donde no hay fiscales, lo que ocurre, por ahora, en la mayor parte del país.

En segundo lugar, con una caída de más de 6 puntos (15,86%, según cómputos oficiales parciales), se ubicó la Lila, que pagó el precio de no querer enfrentar al yaskismo en Ctera desde sus orígenes. Jugó a convertirse en su sustituto. Hoy, son parte de la burocracia de De Gennaro en la CTA, cuya lista integran mayoritariamente. La política Lila de conciliar con la burocracia de Yasky, de cuyo seno proviene uno de sus núcleos más duros (la CCC codirigió el Suteba junto a Baradel durante casi una década), tuvo dos grandes efectos: primero, fueron garantes de la entrega de enormes luchas como la de Neuquén y firmantes de la paz social a cambio de migajas, como es el caso de Santa Cruz; segundo, allanaron el camino para el avance del yaskismo incluso en sus propios sindicatos. Así, la Celeste ganó en una de las naves insignias de la Lila, en la entrerriana Agmer, anfitriona de la oposición a principios de año; desembarcó como nunca hasta ahora en Aten (el yaskismo sacó apenas 172 votos menos que la Lila); la Celeste recuperó Unter de Río Negro y en los otrora bastiones de la Lila en Buenos Aires, Yasky ganó en Esteban Echeverría y estuvo a punto de lograrlo en Berazategui (a 86 votos de la Lila). El fin de ciclo de la Lila la ha transformado en un campo minado, que explotará con esquirlas hacia uno y otro lado de la burocracia.

La Rosa-Gris-Verde (sostenida en un 90% sobre las espaldas de Tribuna Docente) salió tercera, con una caída de 3 puntos respecto al porcentaje de la elección de Ctera 2007 (5.391 votos, 6,27% en el resultado provisorio, algo que deberá aumentar con los resultados de Santa Fe y otras provincias). La intervención y la campaña de la Rosa-Gris-Verde permitió, sin embargo, una extraordinaria clarificación y delimitación políticas ante el pasaje de los lilas al degennarismo: PCR, MST, Teres de Santa Fe. Ello fue notorio en los lugares en los que Tribuna tiene una actuación destacada. En la Capital Federal, la Rosa-Gris-Verde se ubicó en segundo lugar. La abultada votación de la Celeste fue resultado de un fraude escandaloso (urnas en las que había 11 votos celestes terminaron registradas en el escrutinio con casi 300) y duplicó a la Lila; en la estratégica seccional de Río Gallegos (Santa Cruz-Adosac), la Rosa-Gris-Verde ganó superando al oficialismo Lila; en Neuquén, obtuvo el 16% de los votos, en Río Negro el 11,2%, y en Buenos Aires, según el escrutinio oficial, el 9% (y en los 28 principales Suteba del conurbano y del interior, donde se pudo fiscalizar más, ese guarismo asciende al 13%, aún con muchas mesas sin fiscalizar, es decir, con una cuota de fraude).

En ese contexto, la Rosa-Gris-Verde ganó en Escobar y tuvo una brillante elección en Mercedes, seccional en la que se disputó también el sindicato local, que se perdió por apenas 6 votos. Los resultados en Buenos Aires están más distorsionados que en cualquier otro lugar porque ese día hubo un parazo, que en el conurbano superó al 80%, y que Tribuna Docente y la Rosa-Gris-Verde impulsaron a muerte. El parazo fue una expresión más de la enorme crisis del Suteba, pero colaboró para que el sector más combativo del gremio votara menos. Las seccionales Lilas de Buenos Aires carnerearon el paro para preservar sus especulaciones electorales. Aún así, la Rosa-Gris-Verde se ubicó segunda en 11 distritos del conurbano bonaerense.

Última se ubicó la Marrón (PTS), una lista divisionista del voto combativo, obstruccionista y que corrió sin avales porque la Celeste quería reducir el impacto del voto clasista. Entre sus votos hay un componente prestado, por caso por parte de la Marrón de Mendoza, lista histórica del activismo combativo y por parte de la confusión en Neuquén, donde la Marrón es Tribuna Docente. En lo nacional, el voto marrón disimula que la caída del voto opositor es casi exclusivamente lila.

Conclusiones y perspectivas

En un momento de reflujo del gremio y de reforzamiento de la burocracia celeste, la Rosa-Gris-Verde y Tribuna Docente se consolidan como un fuerte reagrupamiento político del activismo clasista.

En Santa Fe, el Frente 4 de Abril que integra Tribuna alcanzó la conquista de cinco congresales para Ctera, pero en la elección nacional el sector Violeta de la directiva de Amsafe-Rosario fue con la Lila y en la CTA con De Gennaro. Al interior de Amsafe-Rosario se abren, pues, dos líneas divergentes.

La integración de la Lista Lila al degennarismo confirma el acierto de la presentación independiente de Tribuna y la RGV; la evolución de esa izquierda demuestra que la ruptura por parte de ellos del proceso de los Suteba combativos fue un servicio consciente y estratégico en función de un ala de la burocracia; lo mismo podemos decir de la firma de las actas de paz social por parte de Adosac y Aten. Está planteada una reorganización del activismo combativo sobre nuevas bases. La batalla librada por la Rosa-Gris-Verde y Tribuna Docente en Ctera es la base para una gran campaña en las elecciones de la CTA, junto a la Lista 3, Frente de Unidad Clasista.



Daniel Sierra - Néstor Pitrola

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