domingo, 23 de diciembre de 2007

TRIUNFO LA OCUPACION DE LA D.G. DE E.

LA PLATA

UNA DERROTA ESTRATÉGICA DE SCIOLI
Después de 48 horas de ocupación de la Dirección de Escuelas por parte del Suteba de La Plata, la tenaz movilización quebró la política de descuentos de Scioli-Oporto.
Junto a los compañeros de La Plata estuvieron docentes y directivos de los Sutebas combativos, y maestros y profesores de diversos distritos celestes de la provincia de Buenos Aires que en los dos días se fueron sumando a la permanencia.
La ocupación del edificio estuvo acompañada por el encadenamiento de varias maestras en ayuno y por el corte de la avenida en la que se encuentra la entrada principal de la DGC y E. Desde el 11 hasta el 13 de diciembre, el ministerio de Educación provincial estuvo bloqueado por los docentes de los Sutebas combativos. No hubo asunción formal de funcionarios, ni acceso normal al edificio para el público en general. El ministro Oporto debió cambiar los canapés por la Infantería de la Bonaerense, que militarizó el edificio en el marco de un operativo que quitó credibilidad a los anuncios paralelos del nuevo gobierno en el sentido de que la Educación sería una “prioridad”.
El miércoles por la noche, ante los palos y las itakas de la infantería, una asamblea de los ocupantes decidió mantener la permanencia, porque el gobierno se negaba a dar respuesta a los reclamos planteados: dar marcha atrás con los descuentos y derogar la Disposición 11/2007, de la Dirección Provincial de Recursos Humanos, que estableció la eliminación de los permisos gremiales, lo que significaba en los hechos una virtual derogación del derecho de huelga.
Una decisión acertada
La enorme mayoría de la asamblea votó mantener la ocupación, moción presentada por la secretaria general del Suteba La Plata, Amelia García. El secretario adjunto, Guillermo García, mocionó levantar la ocupación. El gobierno, que había desconocido un acta previa en la cual se comprometía a resolver los reclamos, presionaba con todo para evacuar el edificio... porque al día siguiente debía reunirse con los gremios docentes en la Dirección General de Escuelas. “Ni Oporto ni Baradel, explicó Amelia García, quieren esta presión que ejercemos: Nos quieren afuera de la DGC y E para arreglar sin sobresaltos sus asuntos”.
Efectivamente, los diarios de la mañana del jueves anunciaban que la reunión con el Suteba, la FEB, Amet, Sadop y Uda tenía hora pero no lugar; el gobierno evaluaba trasladarla al Ministerio de Trabajo o a algún otro edificio. Ante esa novedad, los compañeros que estaban tanto dentro como fuera de la DGC y E, encadenados y cantando consignas, tomaron la decisión de averiguar dónde se realizaría la reunión, para trasladarse en delegación hacia allí, manteniendo también la permanencia en la Dirección General.
Pasado el mediodía del jueves, el reforzamiento de la militarización de la DGC y E hizo evidente que el gobierno había optado por realizar la reunión en el edificio ocupado. Como consecuencia, Baradel debió bancarse el mal trago que le hicieron pasar los docentes que lo increparon y que le aclararon que sin la devolución de los descuentos y sin la derogación de la Disposición 11 la lucha continuaría.
El resultado fue el posterior anuncio de parte del gobierno de la devolución de los descuentos y de la derogación de la nefasta Disposición 11.
Un logro estratégico
Los descuentos de los paros y de las jornadas de asamblea y movilización y la reglamentación de los permisos gremiales fueron el golpe de Solá y Scioli para quebrar los paros de los Sutebas combativos. Fue un ataque de cara al no inicio que está más planteado que nunca para el 2008. Ese ataque fue concertado con la propia burocracia sindical celeste de Baradel y compañía.
Haber logrado quebrar los descuentos y la eliminación del derecho de huelga ha sido un primer paso importante para iniciar la lucha del próximo año.
Por eso ha sido y es más que correcto el planteo votado por la mayoría de los docentes en los plenarios de los Sutebas combativos: Para preparar el 2008, terminamos el 2007 peleando.

Daniel Sierra

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